jueves, 11 de abril de 2013

Neku.

Me vuelves loca... Hoy va a hacer tres semanas que lo dejé contigo y aún no tengo claros mis sentimientos respecto a ti. No sé si te quiero, no sé si me quieres. Esto es un maldito tira y afloja. Cuando parece que me vas a decir algo complaciente es todo lo contrario. Me arrepentí de dejarte, ¿vale? Pero estaba cansada de verte mal y de estar ilusionada. Siempre he querido verte en persona. Ayer que te dije que iba a quedar un chaval y no sabía con qué intenciones o con intenciones eróticas me dices que te estás pensando lo de venir. No sé. Me lías. No sé si aún sientes algo por mí. No sé si lo nuestro sigue vivo. Y si es así, ¿por qué no me das una pista o algo para luchar? Yo siempre dije que quería lo mejor para ti, y si lo mejor para ti era no estar a  mi lado porque querías estar con otra, lo aceptaría. Aún te amo. Aún siento cosas por ti, pero no sé exactamente el qué. Quisiera aclararme. Necesito una pista, un algo. Por favor, te lo pido de rodillas. Pídeme que vuelva contigo. Yo ya me he quedado sin fuerzas para pedírtelo. Y no olvides que me tendrás siempre, para la bueno y para lo malo. Y que te debo un hijo que se llame Juan :)

miércoles, 10 de abril de 2013

Leedlo y poneros en mi piel


29/7/2007

Los Alcázares, una playa murciana(Murcia)
A eso de las 10 de la mañana mi hermano trajo churros con chocolate a casa. Al terminar de desayunar dijo que si nos íbamos con las bicis a casa de mis tíos. Y dije que sí. Me arreglé, cogimos las bicis y salimos de casa. Bien, nos metimos por las calles residenciales, primera rotonda, todo recto, rotonda más grande... Y Avenida Justo Quesada... Bien... Seguí todo recto y no sé aún porqué me junté mucho a la derecha, creo que estropeé un espejo, caí a la izquierda... y... un coche me arrastró el brazo derecho por el suelo quemándomelo entero... Me quedé pasada. Gracias a un subidón de adrenalina no pude sentir nada. Al rato llegó la ambulancia, la policía... Me hicieron fotos en el brazo, en el que se apreciaban las marcas de los neumáticos. Al rato me subieron en la ambulancia y cerré los ojos y murmuré cosas sin sentido. Los que iban conmigo me miraban flipando y diciendo que si estaba bien. Bueno... Aún estaba algo tocada... Llegué al hospital y lo miraba todo. Me metieron a la sala de curas... y me acordé de toda la familia del que me había atropellado. Y también de mi perra, que no paraba de gritar su nombre... Curioso, ¿no? Me metieron un valium debajo de la lengua, pero era como si me hubiesen metido una piedra: no tuvo efecto alguno. Terminó la limpieza del brazo y la cura, me vendaron el brazo y me senté fuera mientras mi hermano preparaba los papeles. Cuando salió me dijo al final lo que tenía: quemadura de segundo grado en medio brazo y de tercer grado en la muñeca.

Los días pasaban y me sentía inútil trabajando solo con el brazo izquierdo. Y cada cura en el ambulatorio era un infierno, no podía parar de llorar... Y con todo eso caí en depresión...

Llegó septiembre, y con ello el instituto, y la cosa no fue precisamente a mejor. Ya había terminado con las curas y llevaba todo el brazo rojo y se me desconchaba. Cuando llegué a clase nadie se quería acercar a mí... No lo aguantaba...

Al menos hice una amiga por enero de 2008. Y la cosa empezó a ir de manera normal.

Septiembre de 2008

Repetí curso por toda la paranoia del accidente.

Y la cicatriz fue a peor. Se me formó un bulto llamado queloide, muy doloroso y muy feo. Y bueno... lo niños, como son tan crueles, pasaron más de mí.

Mariya y yo decidimos llamar a mi cicatriz Doowy.

Un día, cuando vine del instituto, mi hermano me estaba esperando despierto y me dijo que para diciembre me iban a quitar a Doowy. ¡Dios! No pude ser más feliz. Vamos, que al día siguiente se lo conté a todo el mundo.

9/12/2008

Junto con mi hermana fuimos a la estación de autobuses a coger el bus que nos llevaba a la Arrixaca. Lo curioso es que el conductor se estaba fumando un porro... Nos subimos, llegamos, nos dijeron cual era mi habitación y desempaquetamos la maleta. Aún me acuerdo lo agradable que era la mujer de al lado... Esa noche no podía dormir, y una enfermera con el pelo rosa me trajo una tila. Al poco rato me quedé dormidita, aunque seguía nerviosa...

Al día siguiente me dijo mi hermana que me duchase, pero estaba tan, tan nerviosa que no me podía ni mover del sitio. Penosamente me tuvo que duchar ella...

Subí al quirófano y no paraba de revolverme para que no me operasen, porque tenía un miedo atroz... Entonces me clavaron la anestesia en el brazo izquierdo y me dormí profundamente...

No sabía cuantas horas había dormido cuando me desperté aquella sala tan silenciosa. Durante un momento me imaginé que era el depósito de cadáveres... Me miré y vi todo mi brazo derecho vendado y el izquierdo lleno de tubos. Nada más pasó una enfermera le pedí que me subiera a mi habitación. Cuando llegué mi familia alucinaba de lo espabilada que estaba. Los días pasaron y la familia y mi mejor amiga iba y venía... No me podía creer que la gente me quisiera... Pero en los últimos días llegó la mala noticia: la operación había salido mal. Y así me vi: con un gran bulto en la muñeca, rodeado de un queloide nuevo, una raja que se extendía por todo el brazo y con una gran falta de músculo...

A los diez días de entrar al hospital salí. En una revisión que tuve en enero me dijeron que si me quería volver a operar para intentar que saliese mejor. Y dije que sí. Tonta de mí... Tuvo el mismo resultado que si no me hubiese echo nada... Y para colmo días después murió mi única abuela... Ya no le vi sentido a nada... En otra revisión por abril me hundieron totalmente: me dijeron que si quería volver a operarme que me fuese a un médico de paga. No me lo podía creer. Con dieciséis años y marcada para siempre... Era horrible... Supongo que se me quedó una cara de gilipoyas tremenda...

Si pensais que la cosa terminaba ahí, esperad que viene lo más fuerte...

Enero de 2010

Semanas antes habíamos recibido la llamada de que mi abogado había conseguido el juicio.
Bien, llegamos a los juzgados de San Javier, donde pertenece mi playa y estaba super nerviosa. No parábamos de dar vueltas hasta que nos llamaron. Declaré, y como hacía muchos años me volvió la imagen a la cabeza de ese fatídico día. Y lo que me sorprendió fue la declaración del contrario: dijo que me había quemado el brazo entero cayéndome sola de la bici... Me puse a llorar en medio de la sala... Eso no podía estar pasando... Pero bueno, mantuve la fé. El juicio terminó y esperamos a que llamasen con el veredicto.

Y lo hicieron... Perdimos... Era sorprendente... Depresión, dolor... para nada...

Julio de 2012

Como todos los veranos desde que tenía quince años me toca levantarme a las cinco de la mañana para ir a trabajar. Me levanto, desayuno, me visto, pero, al ir a calzarme... ¿Qué es esa sensación tan dolorosa en la mano? Pinchazos... Un dolor tremendo. Empecé a rabiar de dolor casi llorando. Y entonces me di cuenta de que empezaba una época nueva en mi vida, en la que ya no podía ni bajar los brazos sin que me acordarse de ese fatídico día.

Y aquí me veo. Marcada para siempre y con una sensación tremenda de estafa... Quiero que mi brazo recupere la normalidad... Pero... hasta que no trabaje muchos años no lo conseguiré....


Os lo ruego... Si alguien sabe de algún cirujano que me pueda ayudar, sea de donde sea, decídmelo... Porque estoy desesperada... Tengo dieciocho años y una marca horrible que cada día va a peor, que me vuelve a tirar y que duele a rabiar cuando uso mucho la mano o con el frío.

Solo necesito esa ayuda. La ayuda de alguna persona que me entienda y que comprenda mi sufrimiento...


Si alguien sabe algo, por favor, seguidme en mi Twitter, os seguiré y me podréis mandar un mensaje directo:

https://twitter.com/MarinaLopezF10

Pasadlo y que ojalá alguien me eche un cable.

El que me pida ver mi brazo que me lo diga, lo nombraré y adjuntaré una foto. De todas formas aquí dejo una.




Gracias a todos.